Había una vez una cárcel muy antigua, en la que rondaban espíritus horribles.Un día entraron dos muchachos, cuyos nombres eran Juan y Santiago.
Santiago cuando entró dijo:
Santiago cuando entró dijo:
-Que lugar tan oscuro me esta entrando miedo.
-¡Miedo!en serio nunca he visto a un niño tan miedica.
Entonces oyeron un sonido, era como las cadenas de un preso y se preguntaron:
-¿Qué habrá sido eso?.
Gritaron los dos.
-¡aaaaaaahhhhhh!
-¿Qué habrá sido eso?.
Gritaron los dos.
-¡aaaaaaahhhhhh!
Después subieron las escaleras temblando, investigaron, pero no encontraron nada, hasta que Santiago dijo:
-¡Espera! no hemos buscado en las celdas de los presos.
Y entonces Juan empezó a pensar y se le ocurrió una idea:
-Podemos tenderle una trampa así sabremos quien es.
-Podemos tenderle una trampa así sabremos quien es.
-Ok. Respondió Santiago.
Se pusieron los dos a pensar, pero sin que se dieran cuenta, alguien les quitó las cosas.
¡Era un fantasma!.
Hicieron otra trampa y ¡catabum! lo cogieron.
Cuando lo tocaron era de una tela fina, se la quitaron.
Y era un hombre o mejor dicho el guardia de seguridad.
El guardia les dijo:
¡Era un fantasma!.
Hicieron otra trampa y ¡catabum! lo cogieron.
Cuando lo tocaron era de una tela fina, se la quitaron.
Y era un hombre o mejor dicho el guardia de seguridad.
El guardia les dijo:
-No podéis estar aquí.
-¿Por qué? dijo Juan.
-Porque es una cárcel y esta cerrada, para que nadie entre y se haga daño ¡así que largo!. Respondió el guardia.
Los dos niños se fueron y susurraron:
-Volveremos.
-Volveremos.
Y ASI ACABA MI HISTORIA.
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